Tormentas eléctricas

¿Qué es una tormenta?

Las tormentas eléctricas son algunas de las tormentas más temibles y poderosas que pueden golpear el mundo y se forma cuando el clima es turbulento, cuando el viento sube y la lluvia está presente, aunque no siempre esta tiene que estar presente.

En la mayoría de ocasiones, las tormentas eléctricas acarrearán fuertes lluvias y vientos, estos son los tipos más comunes de tiempo asociados con estas tormentas, pero existen otros tipos de clima que pueden acompañar a una tormenta eléctrica. Elementos tales como granizo, aguanieve y nieve son factores comunes a presentarse a sí mismos durante una tormenta eléctrica. Algunas tormentas pueden, si son muy graves, crear supercélulas, convirtiéndolas en algunas de las peores tormentas que pueden existir en la Tierra.

¿Dónde se pueden formar las tormentas eléctricas?

Una tormenta eléctrica puede estarse formando o creando en casi cualquier lugar en todo el mundo. Sin embargo, en los países de latitudes medias (cuando el aire es húmedo y cálido, pero entra en contacto con el aire fresco) las tormentas eléctricas son más frecuentes.

La mayoría de daño que proviene de una tormenta se debe a las grandes piedras de granizo que caen con la tormenta, y los vientos que irrumpen hacia abajo. Aunque, en ocasiones, se han producido inundaciones que causan mucho daño. Algunas células de tormenta eléctrica son más fuertes que las tormentas promedio, y pueden poseer hasta cincuenta veces la energía de un una bomba.

¿Cómo se crean las tormentas?

Una tormenta puede ser creada debido a una descarga brusca o rápida de aire húmedo y cálido, a medida que el aire caliente y húmedo se mueve hacia arriba, se enfría y condensa. Cuando el aire hace esto, se forman nuevas nubes, estas nubes pueden, de hecho, llegar a grandes alturas, de casi 20 kilómetros, y a veces mucho más que eso.

Una vez que el aire alcanza cierto punto, en el punto de condensación, hielo y gotas de agua se forman y comienzan a caer hacia la superficie de la tierra. Una vez que las gotas caen, crean una nueva corriente descendente de aire que se extiende ampliamente por toda la superficie. Esto crea los vientos fuertes que coinciden con la tormenta.

El ciclo de una tormenta eléctrica en primer lugar, comienza con el aire caliente. El aire caliente debe tener una densidad más baja que el aire frío, debido a que el aire cálido comenzará a subir dentro del aire fresco. Cuando esto sucede se empiezan a formar nubes que ahora llevarán la humedad.

La humedad se condensa, y cuando lo hace, se precipitará, sin embargo, lo que esto hace es enfriar el aire condensado, pero el aire circundante se mantendrá igual. Si hay inestabilidad en el ambiente, entonces se crearán nubes cumulonimbus, que crean los truenos y relámpagos. Para que las tormentas se formen, necesitan humedad, una masa de aire inestable y una fuerza de elevación, tales como el calor.

Existen diferentes etapas en la creación de una tormenta eléctrica. La etapa de desarrollo, la de maduración y, finalmente, la etapa de disipación. Las tormentas pueden variar en tamaño, con una media de alrededor de 24 kilómetros, el período de tiempo en el que las tormentas pueden desarrollarse oscila entre los treinta minutos.

Existen cuatro tipos diferentes de tormentas, que incluyen;

1. Supercélulas, son las tormentas más poderosas que existen.
2. Una célula, son más pequeñas y no demasiado severas.
3. Un grupo de células múltiples, es más fuerte que una tormenta unicelular.
4. Líneas celulares múltiples, son justo debajo de una súpercélula.

Las súper células son las más fuertes de las tormentas eléctricas que se forman, y si las tormentas se encuentran en los trópicos, podrían contribuir a huracanes. Sin embargo, también existen tormentas secas que no causan ninguna lluvia, granizo o caída nieve, pero pueden causar brotes de incendios forestales. Esto sucede debido a los relámpagos que se producen, puede que no haya ningún granizo o la lluvia, pero aún se produce un rayo, provocando incendios forestales.

Muchos observadores meteorológicos utilizan las estaciones meteorológicas y los radares meteorológicos para ayudar a mantener una estrecha vigilancia sobre las pendientes de las tormentas meteorológicas, incluidos los truenos.