La definición de una llamarada solar es un cambio repentino, intenso y rápido del brillo solar. Estas explosiones o eyecciones ocurren en diferentes intensidades y frecuencias, desde varios al día a uno por semana.
¿Qué causa las erupciones solares?
Cuando la energía magnética se acumula en la atmósfera solar, la presión hace que se produzca una llamarada solar. En una típica erupción solar existen tres etapas:
- 1. La liberación de energía magnética. En esta etapa, se pueden detectar la emisión de rayos X blandos.
- La fase impulsiva, los electrones y los protones son acelerados a energías de más de 1 MeV (1 millón de electronvoltios). Los rayos X duros, ondas de radio y rayos gamma se emiten durante esta etapa.
- La etapa de decadencia. Es la tercera y última etapa, durante esta etapa son detectados la lenta acumulación y descomposición de los rayos X blandos.
Las etapas de las llamaradas solares varían en longitud, y no hay manera confiable de predecir su intensidad o duración. Cualquiera de estas etapas puede durar tan poco como unos pocos segundos hasta un máximo de una hora.
A pesar de que las llamaradas solares suelen ocurrir en zonas de sol donde los campos magnéticos son más altos, todavía no está del todo claro que causa que los brotes sucedan. Los científicos aún no están seguros de cómo se transforma la energía magnética, o lo que produce la aceleración de las partículas.
¿Cómo se detectan las erupciones solares?
Las llamaradas solares no se pueden ver a simple vista, y esto no se debe intentar. Se utilizan instrumentos especializados para detectar los brotes. Existen telescopios ópticos y radiotelescopios que captan las longitudes de onda de las erupciones solares. Los telescopios espaciales también se utilizan para capturar imágenes de las bengalas y transmitir los datos a la Tierra. Aunque la mayoría de las erupciones solares no son notables por la mayoría de la gente, se han sabido erupciones más fuertes por destruir las comunicaciones y los sistemas eléctricos.
Las llamaradas solares son las responsables la aurora boreal y la aurora austral. Estos hermosos espectáculos de luces son el resultado de partículas energéticas en la magnetosfera.
Peligros de las erupciones solares
Porque no hay manera de predecir las llamaradas solares, el mayor peligro lo poseen los astronautas en el espacio. La radiación de las llamaradas puede afectar a cualquier astronauta fuera de su nave mucho más rápido y más fuerte que a nadie en la tierra. La llamarada solar con la mayor concentración de protones (medida hasta la fecha) ocurrió el 20 de enero de 2005. En ese momento, los astronautas tuvieron sólo 15 minutos para llegar al refugio.
Otros problemas causados por las erupciones solares incluyen el decaimiento orbital de los satélites de órbita baja, la interferencia con la comunicación por radio de onda corta, y el daño a la electrónica de la nave espacial. En general, los vientos solares causados por las llamaradas solares pueden afectar la magnetósfera de la Tierra y crear riesgos de radiación para los astronautas, cosmonautas y naves espaciales.
Erupciones solares famosas
La primera erupción solar que se observó también fue el brote más potente jamás detectado. El 1 de septiembre de 1859, un astrónomo británico Richard Carrington y un observador, Richard Hodgson informó de la mega bengala. En este caso, el brote fue visible a simple vista, y causó que la aurora boreal fuera vista por en Hawái y Cuba. La llamarada incendió líneas telegráficas y dejó un rastro de nitrato y berilio-10, que todavía se puede medir hoy en Groenlandia.
Tan recientemente como 2003, se detectó la mayor llamarada moderna y se midió. Debido a que saturó los dispositivos utilizados para detectar la intensidad de las erupciones solares, es posible que la clasificación de la antorcha sea mucho mayor a la registrada. Esta llamarada solar permitió a los astrónomos colocar el listón más alto, sabiendo que las bengalas pueden ser mucho más fuertes que lo pensado anteriormente.